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| Fuente de la imagen: mvc |
El segundo acto de este plato se desarrolla en el juego de texturas, donde la untuosidad del tartar encuentra su contrapunto perfecto en el crujiente de las regañás (pan de castigo) que lo acompañan. Es un bocado que narra la historia del recetario popular malagueño desde una perspectiva cosmopolita, donde el dulzor de la pasa moscatel aporta azúcar y acidez noble que alarga el sabor en boca. Mientras se disfruta de esta delicia, el ambiente del restaurante —que combina la calidez de una taberna moderna con el rigor de una casa de comidas de primer nivel— envuelve la experiencia, convirtiéndola en algo más que una cena: es un homenaje al territorio. El Tartar de Salchichón de Araboca es un plato emblemático y un manifiesto de amor a la despensa de la provincia, dejando una sensación de plenitud y el deseo inevitable de volver a por un bocado que condensa, en apenas unos gramos, toda la luz y la brisa marina de Málaga. Visita y degustación realizada el veintitrés de diciembre de dos mil veinticinco. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
