Pepa y Manuel nos invitaron a un plato, antaño de los pastores, migas con chorizo y uvas, que estaba de escándalo y levantó el ánimo, Se maridó con un tinto rioja crianza (no me quedé con el nombre), con buen músculo. De postre, un suculento bizcocho, que no pude saborearlo porque estaba saciado ¡Díos, qué bueno estaba todo! El pan tendría dos o tres días, minuciosamente picado (ahí se ve la mano de Manuel), ajos, pimentón (creo), sal, chorizo (supongo que de Ronda) y aceite de oliva. Suculentas y sueltas, como debe ser. El toque de las uvas, tremendo. La ensalada de su huerta aportó el equilibrio verde necesario. Te dejo una presentación con algunas fotos de los platos. .