Ruego me permitas la siguiente frase disonante y es que también tengo “envidia grosera e inmunda” por el amigo Koldo, que tiene la cara dura de irse un fin de semana al hotel de Karlos en Zarautz y refregárnoslo en la cara sin ninguna contemplación. Copio aquí el texto que ha dejado el muy atrevido en su foro: “Con el regusto de unos días maravillosos, pasados en ese increíble enclave que es el hotel-restaurante de Karlos Arguiñano, ya estoy de vuelta. Buen tiempo, un entorno de ensueño, una cocina de pecado, un personal simpatiquísimo y unos menús perfectamente equilibrados entre la cocina de diseño y la cocina tradicional”. “Arrierillos somos y en el camino nos encontraremos”.
Bromas aparte, me alegro mucho por él. Tuve la suerte de conocer a D. Karlos Arguiñano cuando estaba en el Grupo Hojiblanca, ¡uf!, recuerdo cuando me tocaba representar a mi consejero y empresa en aquellos estratégicamente interminables consejos de administración, dirigidos por Pepe y Antonio, con el mercado aceitero, fusiones para allá e inversiones por acá. En aquellos días colaboraba con nosotros Karlos en la publicidad del aceite y creo que no lo hacía nada mal (echo de menos esa botella de aceite Hojiblanca en su programa), pero luego, en mi modesta opinión, se nos fue la olla un poco con Antonio Banderas y el mercado americano.
No tengo nada en contra de Banderas, todo lo contrario, además de malagueño creo que es buen chico, lo que no me da buena espina es toda la parafernalia económico-financiero-comercial a su alrededor. Dicen que han dejado la buena idea de “La Posada de Antonio” poco más que en bancarrota. Si eso es cierto, deseo que no suceda lo mismo con Hojiblanca, comen muchos pequeños empresarios de ese proyecto empresarial. En fin, el tiempo nos dará o quitará la razón a los que no veíamos claro ese camino o el de las fusiones y absorciones en sectores que no tienen que ver de forma directa con el aceite: Antonio, “zapatero a tus zapatos”.
Y Karlos es especial. Dice mi sobrino Robert, que estuvo haciendo práctica durante seis meses con Arzak, que éste le da cinco vueltas a Karlos, pero que Karlos es un comunicador. Pues mira Robert, no soy entendido en el tema (habrá que preguntárselo a Koldo), pero me quedo con Karlos porque me hace pasar un buen rato y reírme y, en síntesis, disfrutar. Les deseo a Karlos, Arzak, Koldo, Hojiblanca y a vosotros la mejor de las suertes profesionales y, sobre todo, personales (Fuente de la imagen; vídeo de Karlos).