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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Los garbanzos, ya tiernos, se incorporan a la cazuela, junto con el bacalao y el hinojo, hierba aromática que aporta un toque anisado y fresco. El pimentón dulce, especia reina de nuestra gastronomía, se añade con generosidad, tiñendo el potaje de un color rojizo intenso. El agua, elemento vital, se vierte sobre los ingredientes, cubriéndolos por completo. A fuego lento, el potaje se cocina durante horas, permitiendo que los sabores se fusionen y se intensifiquen. El hinojo, con su aroma penetrante, impregna cada garbanzo, cada lasca de bacalao, creando una experiencia gustativa única. El resultado es un potaje denso y reconfortante, donde los garbanzos, tiernos y sabrosos, se funden con el bacalao, jugoso y desmenuzable y el hinojo, con su toque anisado, aporta frescura y ligereza, equilibrando la intensidad del bacalao y el pimentón. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.