miércoles, 5 de marzo de 2003

Potaje de garbanzos con bacalao e hinojo

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En el corazón de la tradición culinaria andaluza, donde los sabores de la tierra y el mar se entrelazan en una sinfonía de aromas, el potaje de garbanzos con bacalao e hinojo se alza como un plato emblemático, guiso reconfortante, que evoca recuerdos de hogares cálidos y mesas compartidas, donde la sencillez se transforma en exquisitez. Los garbanzos, legumbres humildes pero nutritivas, se remojan durante la noche, preparándose para absorber los sabores que les aguardan. Al día siguiente, en una cazuela de barro, el aceite de oliva virgen extra, oro líquido de nuestra tierra, se calienta lentamente, liberando su aroma característico. La cebolla, el ajo y el pimiento verde, picados finamente se pochan en el aceite, creando una base aromática que perfuma la cocina. El bacalao desalado, tesoro de nuestros mares, se desmenuza en lascas, listo para aportar su sabor inconfundible.

Los garbanzos, ya tiernos, se incorporan a la cazuela, junto con el bacalao y el hinojo, hierba aromática que aporta un toque anisado y fresco. El pimentón dulce, especia reina de nuestra gastronomía, se añade con generosidad, tiñendo el potaje de un color rojizo intenso. El agua, elemento vital, se vierte sobre los ingredientes, cubriéndolos por completo. A fuego lento, el potaje se cocina durante horas, permitiendo que los sabores se fusionen y se intensifiquen. El hinojo, con su aroma penetrante, impregna cada garbanzo, cada lasca de bacalao, creando una experiencia gustativa única. El resultado es un potaje denso y reconfortante, donde los garbanzos, tiernos y sabrosos, se funden con el bacalao, jugoso y desmenuzable y el hinojo, con su toque anisado, aporta frescura y ligereza, equilibrando la intensidad del bacalao y el pimentón. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.