La gastronomía que nos espera

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Una de las acepciones que la Real Academia de la Lengua Española asigna al concepto cocina es el “arte o manera especial de guisar de cada país y de cada cocinero”. A partir de ahí podríamos entender la innovación en un emprendimiento relacionado con una actividad de cocina como la creatividad utilizada para poner en valor el culinario de determinado proyecto empresarial ante el potencial cliente o consumidor, con el objetivo de obtener una rentabilidad económica por parte de la persona emprendedora. Por tanto, podemos conceptualizar el arte culinario como ese enfoque creativo y exclusivo en la preparación de los alimentos en cada ámbito territorial (región, comarca…), cultural y social. Igualmente, los nuevos equipos de cocina, las tendencias de consumo, nuevos modelos de gestión o el marketing gastronómico empujan a la innovación en un proyecto de emprendimiento relacionado con la cocina.

Por otro lado, la crisis económica engendrada en la primera década de este siglo está posibilitando una vuelta a lo que vulgarmente conocemos como “comidas caseras”, que ha influenciado a las cartas de los restaurantes, que perciben como los comensales locales, con sus cinturones apretados, han disminuido sus visitas a los establecimientos culinarios y se han convertido en más exigentes, consecuencia de su nivel de conocimiento de los productos y de su concienciación medioambiental. Todo lo anterior está propiciando la adaptación de la comida de nuestras abuelas a estas situaciones económicas y medioambientales a las que se unen las tecnológicas, con nuevos equipos técnicos y soluciones innovadoras en conservación o logística de transporte, es decir, el medioambiente, la sostenibilidad o la tecnología influyen en un negocio de cocina que pretenda ser innovador. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.