Sardinas rellenas

Semana aciaga la que está terminando, con la impresión que no la he aprovechado como debiera. Buena pinta tenía ayer la sardina pilchardus en el mercado malagueño, aunque el precio, a pesar que no estamos en temporada alta, andaba un tanto díscolo (será por la Semana Santa), así que compré un kilo dispuesto a darme un gusto culinario: sardinas rellenas. La primera vez que saboreé este manjar fue allá por el año 1998, cuando colaboraba en Granada, en el Grupo Tadel, en casa de Pepe, junto a Teófilo, entonces Director Comercial de la firma, y Antonio, Director de Recursos Humanos. Años después, en 2002, cuando volví a esa bella ciudad, con su fortaleza roja, para reordenar La Factoría de la Red, nuevamente me deleité. En ambos momentos la cocinera fue Doña Paca, a la que desde este sitio le mando un beso y le deseo lo mejor. Tal vez por los acompañantes, tal vez por las buenas artes de la cocinera, tal vez por la confluencia de todos esos ingredientes esenciales... el caso es que quedaron grabadas en mi mente aquellas gratas sensaciones culinarias y, en realidad, emocionales.
La elaboración es relativamente fácil pero laboriosa, ya que el pescado hay que escamarlo y eviscerarlo previamente, retirando también la espina. Una vez limpio y sazonado al gusto, encima de una pieza se coloca lo que gustes de relleno (embutidos, quesos, salsas, verduras…) y luego otra pieza a modo de bocadillo. A partir de aquí hay distintas variantes según el gusto de cada cocinero (o de cada comensal, según se mire). A mí me gustan albardadas, como te comenté en el post del mismo nombre, “Chuches de sardinas albardadas”, pero está la variante al horno, en una fuente untada con aceite de oliva virgen extra y espolvoreados los emparedados con pan rallado y perejil. Te dejo unas fotos con los productos utilizados y el resultado final. A continuación tienes un vídeo, subido a Youtube por Cocina en familia, con la receta de sardinas rellenas de pimiento del piquillo.