Ayer, estuve almorzando con unos amigos en el restaurante Vino Mío. Tomamos unas entradas, a base de queso provolone, fundido en el horno, servido con pesto y tomate seco, junto a unas bolsitas crujientes, rellenas de gambas y verduras, con mermelada de tomate y orégano, de acompañamiento.
De plato fuerte, mis contertulios pidieron Wok Bangkok, a base de pollo salteado con verduras frescas, salsa agridulce tailandesa y arroz.
Por fin conocí el Wok, pero me apeteció costillas de cerdo, marinadas con especias orientales, presentadas con una ensalada de col blanca y una patata asada.
La presentación de los platos y el servicio en general decente. Me gustó la comida.
Sin embargo, cuando llegué a casa, noté cierto olor impregnado en la ropa; quizás, sería porque nos sentamos cerca de la cocina (logo del restaurante; fuente: página web).
De plato fuerte, mis contertulios pidieron Wok Bangkok, a base de pollo salteado con verduras frescas, salsa agridulce tailandesa y arroz.
Por fin conocí el Wok, pero me apeteció costillas de cerdo, marinadas con especias orientales, presentadas con una ensalada de col blanca y una patata asada.
La presentación de los platos y el servicio en general decente. Me gustó la comida.
Sin embargo, cuando llegué a casa, noté cierto olor impregnado en la ropa; quizás, sería porque nos sentamos cerca de la cocina (logo del restaurante; fuente: página web).